jueves, 28 de agosto de 2014

ELUL: EL MES DE LA RECTIFICACIÓN



Elul: אֱלוּל

Sus letras Alef – Lámed – Vav – Lámed son las iniciales de las palabras ALedodí Vedodí Lí que se encuentra en Shir HaShirim 6:3 que dice: “Yo soy para mi amado y mi amado es para mí”.

Esto se trata sobre la novia cósmica que se une con Hakadosh Baruj Hu

Este mes trata sobre una Sefirá la cual es la Maljút que dicho en otras formas, no es más que la Biná Interior.

Profundizando en la Sefirá de Biná, cuyo valor numérico es 67, encontramos que la Maljut (Bina interior) es la enmienda de la Biná, pues la misma se debe elevar a la superior y hacer la reunificación, ya que ésta nunca debió separarse. Es decir, en modos prácticos, debemos tomar lo más bajo de nosotros o aquello que nos hace dominar por nuestro mal instinto para llevar a cabo una rectificación de nuestra manera de pensar, y de esta manera de lo más bajo surgimos a las buenas acciones por medio de una rectificación para así alcanzar la plenitud de una mente sana, pues en ella es donde se asienta el ama.

Si entendemos cuán grave es cada profanación, entenderemos la necesidad de hacer Teshuvá. Es por ello, que es necesario estudiar y aplicar el Tikún de la Biná, debido a que ésta nos llevará a la Teshuvá genuina.

El mes de ELUL se sostiene por Tres pilares fundamentales los cuales son:

1-    Teshuvá: El arrepentimiento de aquellas malas acciones que te han llevado a los más bajo. Por consiguiente, necesitas la rectificación del verdadero entendimiento.



2-    Tefilá: La plegaria es un pilar tan necesario como los demás, es la que te conecta con el Creador mismo.

3-    Tzedaká: Es el acto de Caridad. Tzedaká viene de la raíz Tzedek que significa Justicia. De tal modo que cada quién debe practicar e impartir la justicia para con su prójimo.



Acerca del último punto, HaShem pone a prueba a cada uno y nos enseña una agradable lección. En determinadas ocasiones muchas personas se han preguntado por qué el Rico es Rico y por qué el Pobre sigue siendo Pobre. Cualquier situación, es una prueba que pone el Creador para practicar el acto de Justica. El rico en su abundancia debe saber que lo que posee realmente no es de él, sino que Hashem se lo ha concedido, no por el fruto de su trabajo (hombre), sino porque Hashem es quien le otorga fuerzas para hacer riquezas. Por consiguiente, el que posee grandes riquezas deberá dar Tzedaká con la alegría y toda la buena intención a los necesitados.

La lección que tuvieron nuestros padres con la experiencia del Man (Maná) en el desierto, nos otorga otra enseñanza en cuanto a la Tzedaká.

Milagrosamente el Mán aparecía en la puerta de la tienda de cada Yehudí. Sin embargo, existieron algunos que se destinaban a guardar el 20% para conservarlo para el día siguiente pues sentían dudas si al amanecer no apareciera nuevamente. Cual sea el caso, al otro día el Man guardado estaba podrido, no se podía comer. En otros hechos, debido a sus malas acciones el Man les aparecía cada día más y más lejos a unos 20, 40, 50 metros y más… Por consiguiente, cada mala acción es perjudicadle para nuestra prosperidad espiritual y física, y si no entendemos que las fuerzas para adquirir nuestras riquezas viene de HaShem, entonces nuestro Man estará mucho más lejos de nuestro alcance. Es por ello, que la Tzedaká debe ser la cotidianidad de nuestras vidas que no es más como tratamos anteriormente, es hacer y practicar la justica.

Así que queridos Javerím, en este mes de Elul debemos aplicar estos tres pilares fundamentales para lograr una conexión directa con HaKadosh Baruj Hu.

Daniel I. Ginerman
Carmiel, Israel


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