Bereshit

Los secretos de la luz

¿POR QUÉ AÚN VIVEN LOS MALVADOS?

COMPRENDIENDO EL POR QUÉ DE LAS COSAS

UN TIEMPO A SOLAS CON EL CREADOR

Uno de los actos más bonitos que pueda tener una persona, es el agradecimiento. Sobretodo si va dirigido al Creador.

NUESTRO AMOR AL CREADOR

¿Cómo podemos llegar a amar al Creador como se ordena en Devarim 6:5 cuando dice: Y amarás a HaShem tu D-os con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu fuerza?

POR QUÉ CUBRIMOS NUESTROS OJOS CUANDO REZAMOS SHEMÁ' ISRAEL

¿De dónde sale la idea de cubrir los ojos para la recitación?

viernes, 19 de julio de 2013

Único y sin comparación

En la parashá Vaet-janán, el pueblo de Israel estaba en preparación para cruzar el Yarden y así llegar a la tierra que prometió Hashem a vuestros padres Avraham, Itzjak y Ya’akov. Moshé les recordó lo sucedido al pie del monte de Jorev donde Hashem habló en medio del fuego (Devarim 4:10). A su vez, fortaleció e instruyó a Yeoshua’ en los Mitzvot, pues él sería quien estaría delante del pueblo para hacerlos heredar la tierra prometida. De igual modo, Moshé repitió todos los mandamientos que El Eterno les había dado y por el cual ellos prometieron: Haremos y Obedeceremos.

 Moshé fue claro en sus palabras y demostró por medio de los mitzvot que no hay otro como HaShem. Previo a esta afirmación, mencionó los mandamientos de no corromperse al adorar o servir a cualquier ídolo pues el Creador es un Di-s celoso.

Sabrás hoy y confirmarás en tu corazón que el Eterno es el único Dios en el cielo y en la tierra. No hay ningún otro. (Devarim 4:39).
Las palabras finales de este verso (En ‘od), ningún otro ó no hay nadie más, tiene el valor numérico de 141, el mismo equivalente a Elokenu Hashem Ejad, últimas tres palabras cuando recitamos Shema’ Israel Hashem Elokenu Hashem Ejad.

Podemos interpretar con esta similitud en equivalencia, que no hay otro más como HaShem. El es Ejad, es decir, uno y único. No hay lugar ni espacio para otro en nuestras vidas. La aplicación de esta Fe, la monoteísta, es vital y fundamental para el pueblo judío, pues la firmeza de que sólo no hay otro como  Elokim, ha salvado la permanencia del Klal Israel.

La fe monoteísta firmemente sostenida en sus inicios por Abraham y el –pacto de Di.os-, establecido por él y reafirmando por sus descendientes, identificó a esta familia –los judíos- como adherentes a una fe singular (Libro El Ser Judío). Esta es la fe que nunca debemos abandonar. Cada vez más hay que asentir en nosotros de que EL es Único y que ante cualquier circunstancia opresiva, resistiremos y proclamaremos su unicidad.

Cuando recitamos la plegaria Nishmat Kol Jay (El alma de todo ser viviente), dejamos por sentado una vez más que él es EJAD –desde siempre y hasta la eternidad-. Que aparte de él no tenemos rey, redentor o salvador, liberador, sustentador, que responde y es misericordioso en todo momento de tribulación y angustia; no tenemos rey que ayude y apoye sino sólo HaShem.

            De esta manera, instituyamos esto en nuestras vidas, grabemos cada palabra en nuestro corazón para que hagamos y obedezcamos los mandatos que ordenó el Creador, y jamás relegar que Él es el verdadero Elohim En ‘Od. 

Shalom Javerim.
Hebert Ruiz

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