viernes, 7 de marzo de 2014

¿Aló, Moisés?


Imagina que recibas una llamada y al contestar te enteres que es el mismísimo Creador… Así sucedió con Moisés, un acontecimiento hermoso e inédito.

Comenzamos con un nuevo ciclo de aprendizaje, y esta vez nos toca el libro Vaikrá (Levítico), el cual precisamente inicia con una llamada. “Y llamó”, es el significado de la palabra “Vaikrá” que se refiere a la conversación directa entre el Creador y Moisés, siendo esto un episodio único en todos los casos de encuentros con Hashem.

Cabe preguntar, ¿acaso Noáj no habló con Hashem cuando Él le ordenó construir el arca? El mismo caso con Abraham cuando en la Torá aparece la frase “llamó el ángel de HaShem a Abraham…”. Los Sabios de Bendita memoria explican que el llamado del Creador con estos grandes justos era distinto, pues primero el ángel los llamaba y luego HaShem hablaba dando las órdenes.

No así con el Profeta Moisés, pues fue el único que recibió la llamada y habló directamente con el Creador. Como podemos recordar, el pueblo de Israel estaba presente en el momento de la entrega de la Torá, y cuando HaShem habló, varios de la comunidad de Israel murieron a causa de su voz. Es por ello, que los Sabios aseguran no ser normal que Di-s llamé y hable directamente a un hombre, por consiguiente, Moshé fue privilegiado al escuchar la voz del Creador desde el principio hasta el último día de su vida sin morir a causa de su llamado.

Los profetas eran más grandes que los mismos ángeles,  puesto que ellos eran recipientes de la voz de Hashem. No obstante, las llamadas de Hashem a Moshé se originaron para enseñarle a causa de un mandato importante como los korbanot (ofrendas), y no las realizó después de los milagros que ÉL hizo al pueblo de Israel como cuando dividió el mar rojo, por ejemplo, dando a entender que la llamada no era para hablar de los milagros (que estos pueden ocurrir en cualquier momento), sino para dedicar sus palabras a Moisés en la instrucción de los servicios del korbán, para de este modo el pueblo de Israel pueda elevar sus sacrificios como olor grato a Hashem.


Sin duda fue una llamada especial, dulce y hermosa que demostraba la total confianza que tenía el Creador a Moisés, y a su vez demostraba el alto compromiso de nuestro Profeta con Hashem y el pueblo de Israel. 


by Hebert Ruiz





Basadas en las Enseñanzas del Rav Ariel Don de Comunidad de Torah

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