UN TIEMPO A SOLAS CON EL CREADOR
Uno de los actos más bonitos que pueda tener una persona, es el agradecimiento. Sobretodo si va dirigido al Creador
Al amanecer y de inmediato cuando despertamos, damos una agradecimiento al Eterno de la siguiente forma: “Te agradezco Rey eterno y viviente, porque me has devuelto el alma con misericordia. Inmensa es tu bondad”. Posteriormente realizamos el ritual de lavado de manos. Más adelante se continúa con diversas plegarias dirigidas al Creador, y de esta forma comienza nuestro día.
Los Sabios de nuestra sagrada Torah, sugieren que aparte de las plegarias que realizamos diariamente, tengamos un tiempo especial para agradecer a D'os con nuestras propias palabras. Sin duda, todo tiene un comienzo, por ende, recomiendan iniciar con cinco minutos diarios emitiendo tus propios agradecimientos, hasta llegar al punto de tener una hora diaria a solas con el Creador.
Uno de los actos más bonitos que pueda tener una persona, es el agradecimiento. Sobretodo si va dirigido al Creador. El ser humano cuando realiza favores a sus semejantes espera que le agradezcan, y de no ser, podría caer en molestia o hasta entristecer. El Eterno todos los días nos regala vida, nos da aliento, salud, podemos ver el sol brillar, el colorido de su naturaleza entre otras maravillas, en fin, una serie de motivos por qué agradecer a Hashem.
Aunque no alcanzaríamos de agradecer y alabar a HaShem por tantas bondades que ha hecho con nuestros Patriarcas y con nosotros, aún debemos tomarnos un tiempo íntimo con D's pues el complace cada vez que le agradecemos.
Cuando se realizan las plegarias de la mañana, se recita el “Salmo de gracias” (100). Y es allí donde es ideal para detenerse un poco para expresar tus acciones de gracias. De igual modo, lo puedes utilizar en la ocasión que estarás a solas con ÉL. El momento entre el Creador y tú. Y quiera HaShem que logremos dedicar un tiempo de agradecimiento a él pues nos hará fortificar y crecer en completa Emuná.
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