Bereshit

Los secretos de la luz

¿POR QUÉ AÚN VIVEN LOS MALVADOS?

COMPRENDIENDO EL POR QUÉ DE LAS COSAS

UN TIEMPO A SOLAS CON EL CREADOR

Uno de los actos más bonitos que pueda tener una persona, es el agradecimiento. Sobretodo si va dirigido al Creador.

NUESTRO AMOR AL CREADOR

¿Cómo podemos llegar a amar al Creador como se ordena en Devarim 6:5 cuando dice: Y amarás a HaShem tu D-os con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu fuerza?

POR QUÉ CUBRIMOS NUESTROS OJOS CUANDO REZAMOS SHEMÁ' ISRAEL

¿De dónde sale la idea de cubrir los ojos para la recitación?

viernes, 27 de diciembre de 2013

¿POR QUÉ AÚN VIVEN LOS MALVADOS?

COMPRENDIENDO EL POR QUÉ DE LAS COSAS

Alrededor de la historia del pueblo judío se observa distintos casos de persecución, sufrimientos,  y dolores que juntos han atravesado a causa de maldades y crueldades del enemigo, y muchas veces nos preguntamos ¡¿Hasta cuándo culminará el odio y hasta cuándo permanecerán los malvados?!



Lágrimas interminables descienden sobre mi rostro cada vez que observo los episodios crueles que ha sufrido el pueblo hebreo. Sucesos como los del Holocausto, por ejemplo, hacen llevar a mi corazón hacia dos sentimientos: Tristeza e Impotencia.

A veces es difícil comprender todo lo que ha sucedido en el transcurso de la historia, pero de algo si estoy claro; los sufrimientos que nos han azotado desde épocas del primer exilio, como está escrito en Éxodo, hasta nuestros días,  nos han servido de fortaleza.

Hace poco leí que un joven le preguntó a su Rabino lo siguiente: ¿Por qué estas personas (enemigos) nos han hecho tanto daño a lo largo del tiempo? El Rabino contestó: Yo no les llamaría -enemigos-, sino pruebas, aclaró. Al leer esto me entró un aire de fuerza, de Fe. Inmediatamente recordé las palabras de otro Maestro quien afirmó que cada dolor y sufrimiento por el que pasó, pasa y pasará el pueblo Judío servirá para fortificar su Fe y nunca para debilitarla.

Pero a pesar de obtener la fuerza que necesitaba, no dejaba de preguntarme ¿Por qué aún viven los malvados? y al transcurrir de los días me encuentro con tan completa respuesta que conseguí en el Zohar HaKadosh, pues al igual que muchos, los Sabios también se preguntaron por qué es que tanto pecadores y transgresores viven todavía y están activos.

La razón es que Di-s mira hacia adelante y ve que un hombre, aunque pecador ahora, puede subsiguientemente volverse virtuoso, enseña el Zóhar. Continúa aclarando que Hashem lo juzga favorablemente, pues es posible que esté (el malvado) destinado a tener un hijo (generación más adelante) virtuoso. De esta manera se demuestra que los juicios de Di-s se inclinan a la benevolencia como está escrito “¿Tengo yo algún placer en la muerte del malvado, dice HaShem, y no más bien que se vuelva de su camino y viva?”

Con lo explicado anteriormente, me hizo recordar el caso de Rut la descendiente de los Moabitas, pues ella a través de un propósito del Altísimo, cambió la historia de sus antepasados (enemigos de Israel), para ella convertirse en una mujer virtuosa y justa que amó al Creador, su Torá y al pueblo de Israel.

Basta con refrescar un poco nuestro estudio sobre este caso, para darse cuenta que en medio de dolores y angustia, todo es para bien. Quizás al momento no haya una respuesta, pero se debe mantener la Fe en el Todopoderoso, ya que se sabe que todo se acciona bajo el permiso de Di-s como dice en Eijá (Lamentaciones) 3:37, ¿Quién puede decir algo y hacer que suceda sin que HaShem lo ordene? ¿No proceden ambas cosas, las buenas y las malas de la boca del Altísimo?


Sucede, pues, que si aún viven los malvados es porque así lo permite el Creador, para enseñarnos que todo sucede por algún motivo. Entre tanto, hay que mantener la fuerza de la fe en El Eterno, porque al final sucederá la salvación. Y así como Ruth, quien provino de una descendencia malvada, Hashem cambió el rumbo del mal para hoy convertirlo en esperanza, la misma que es aquella que saldrá de Ruth con el título de: Mashiaj. 





viernes, 20 de diciembre de 2013

FUERZA A LA FE

FUERZA A LA FE


Basado en un estudio del Rav Ariel Don de la Comunidad de Torah

Los Judíos han sufrido diversas persecuciones y opresión desde la bajada a Egipto como narra en los capítulos de Shemot (Éxodo), hasta los nefastos acontecimientos en la segunda guerra mundial, u otros hechos desagradables que se han presentado en nuestra época contra el pueblo hebreo. Cabe preguntarse qué tanto quieren los enemigos de los judíos, puesto a que las persecuciones siempre tienen un objetivo, y la misión de sus enemigos es acabar con la Fe en Hashem.

En el Séfer Shemot (Libro de Éxodo) y parshah (porción, sección) con el mismo nombre, comienza diciendo las siguientes palabras: “Y estos son los nombres de los hijos de Israel que vinieron a Egipto con Yaakov (Jacob), cada uno con su familia”. (Shemot 1:1). El Rav Ariel Don enseña que nuestros Sabios interpretan las palabras “Que vinieron” como nombres,es decir, que los mismos nombres que descendieron a Egipto son los mismos nombres subieron y permanecieron.

Se explica entonces que los “nombres” realmente se podría definir como la Identidad del judío. Pues bien, a pesar de su descenso a Mitzrayim (Egipto), jamás perdieron su identidad, sino que cada vez la reforzaban más por medio de la Fe al Creador. El ser judío no sólo es cultura o religión, sino la base fundamental está en la Fe al que es Uno y Único.

Por lo antes expuesto, se considera que el pueblo judío representa la Fe en Hashem, y lo ha demostrado en determinadas ocasiones, ya que a pesar de tantos sufrimientos, muertes a millones, persecuciones, entre otras pruebas que han atravesado, nunca abandonaron su fe sino más bien la fortificaron, debido a que están seguros que a pesar de cualquier cosa que pase, no se alejarán del Creador.

Evidentemente el mundo tiene miedo de que los judíos tengan esta gran fuerza, porque además tienen claro que Hashem es el Creador y el que sigue dominando este mundo. Frente a este escenario, el Rav Ariel enseña que los hombres en el reinado de este mundo, se basan en la fuerza y no en la Verdad, no así el reinado de Hashem.

De allí pues que los Judíos cada vez más siguen fortificando su Fe en el Eterno, siguiendo su Torah Emet (Verdadera) que nunca abandonan a pesar de cualquier circunstancia que se pueda presentar, y de igual forma, se espera la redención final que ojalá suceda prontamente y en nuestros días Be'ezrat Hashem. 



Aquí el estudio completo del Rav Ariel Don:





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viernes, 13 de diciembre de 2013

LA VERDADERA VIDA

LA VERDADERA VIDA



En las últimas parshiot del Sefer Bereshit, es nombrada en reiteradas ocasiones la palabra “Jay” (Vida). Y en sus contextos de versos se plantea las posibilidades de vivir: Con Torah y sin ella. Recordemos que en lecciones pasadas hemos traído a referencia las palabras “La Torah es árbol de vida... son caminos de Shalom”. En este estudio nos seguiremos apoyando en ellas.

Al inicio de la Parshá Vayishlaj (Béreshit 32:4), puntualmente en el verso 5, Yaakov les encomendó a sus mensajeros que fueran delante de Esav y le dijeran “Con Laván he convivido”. Es interesante saber que la palabra “Gartí” (Conviví/ He estado) tiene el valor numérico de 613, exactamente el número de Mitzvot que contiene la Torah. Generalmente Yaakov le dijo a Esav, su hermano: -He estado en la casa del hombre más estafador de nuestro tiempo, mentiroso y hechicero (Ver Zohar Vayishlaj), sin embargo, y a pesar de estar en este exilio, no me he olvidado de la Torah y sus preceptos, pues he permanecido o convivido (gartí) con ella.

Yaakov nunca se apartó de la Torah, permanecía en su estudio. Cuando ocurrió la desaparición de Yosef, surgió una preocupación muy grande en nuestro patriarca, a parte del sentimiento de desespero que pueda tener un padre cuando su hijo está extraviado. Pero el Midrash nos cuenta que verdaderamente Yaakov sabía que su hijo Yosef estaba vivo, y que la enorme inquietud de él ahondaba en que si su hijo aún vivía o no bajo los preceptos de la Torah.

La preocupante incógnita la logra responder más adelante en el capítulo 46:30 (Vayigash), en el cual los pasukim de esta sección relata el momento en Yaakov finalmente se encuentra con su hijo Yosef, y le expresa las siguientes palabras: “Ahora sí puedo morir después de haber visto tu rostro pues sé que vives”. ¿Qué vio Yaakov en su hijo? Observo que realmente vivía con la Torah, que a pesar de descender a Mitzráyim,un lugar lleno de idolatría, nunca desistió en seguir los caminos de la Torah, del Árbol de la vida. De este modo, podemos asegurar que nuestro patriarca consiguió realmente la Vida al saber que su hijo jamás se olvidó del Creador, Bendito sea.

Hay varios episodios duros que atravesó Yaakov durante su vida. El primero fue cuando pasó la mayor parte de su crianza con Esav y sus persecuciones. Después vivió con su suegro Laván que lo infortunó alrededor de 20. Más adelante ocurrió el acontecimiento de Dina, y finalmente la desaparición de Yosef. Hasta que por fin llega el momento en que realmente ¡Yaakov Vive! (47:28 Vayeji) Ha encontrado los caminos de Shalom, y además tiene a su alrededor, a sus hijos al servicio de HaShem. Bendice a sus nietos Efraín y Menashé, luego a sus 12 hijos. “Y cuando terminó Yaakov de impartir sus instrucciones a sus hijos, recogió sus pies en el lecho, expiró y fue reunido a su pueblo” (49:33).

Cabe preguntarnos ¿Qué vida tomaremos nosotros? ¿Una vida con Torah o sin ella? No existe excusa alguna que podamos plantear ante el Creador. Fuimos creados o diseñados para su servicio y debemos responder con gratitud todos los días al dedicarnos a la Avodá Hashem, el servicio a Hashem, y seguir los caminos de Shalom. Aunque estemos en este Galut (exilio) tenemos la capacidad de convivir (gartí), y a su vez activar en nosotros los mitzvot para elevarnos antes el Creador. Pues bien, la verdadera vida la encontramos por esta vía: La Torah. 

Debemos fijarnos en el estudio de la Torah, y no en llevar nuestra confianza a cosas vanas o materiales, que son pasajeras y no pueden nutrir nuestra vida. Al poner nuestra confianza en Hashem y optar por cumplir sus mandatos, obtendremos un cambio relevante en nuestras vidas y recibiremos la bendición de lo alto, Be'ezrat Hashem que así sea. 

miércoles, 20 de noviembre de 2013

La plegaria correcta

La Plegaria correcta

Insaciables peticiones realizamos al Creador, bien sea, en un momento de agradecimiento, ayuda, duda, miedo, y entre otros casos, acudimos a Di-s. Es que sabemos y estamos seguros de que él escucha nuestras peticiones, y aún más si se trata de un pobre, pues ésta irrumpe a través de todas las barreras abriendo camino a la presencia del Eterno. Por ello está dicho en Génesis 22:26: … Y acontecerá que cuando clame a mí, Yo lo escucharé pues soy misericordioso.

Muchas veces expresamos nuestras oraciones a los apuros o incompletas, pues consideramos que como Di-s conoce las peticiones del corazón, sabe nuestros pensamientos, y a pesar de nuestra imprecisión, igual él nos responderá. A pesar del primer planeamiento que es válido, el segundo está un poco alejado de la realidad. Al respecto, no estaría mal preguntarse ¿En realidad estamos pidiendo de la manera correcta?

Yaakov avinu realizó una plegaria a HaShem antes de encararse con su hermano Esav, y de la misma, observaremos cómo Yaakov empleó unas Tefilot en orden y explicativa, de modo que HaShem conociera de su boca lo qué pedía.

 –Oh Di-s de mi padre Abraham y de mi padre Ytzjak, oh Eterno, que me dijiste que retornaría a mi tierra y a mi familia porque serías conmigo, no soy digno de todas las gracias y de la lealtad que demostraste para con tu siervo. Y todo lo que tú has hecho para mí hasta este día, lo hiciste no en consideración con mis méritos, sino en consideración a ti mismo. Porque he aquí que cuando yo primero crucé el Jordán huyendo de Esav, yo estaba completamente solo, pero tú me has mostrado misericordia y confianza en el hecho de que ahora de cruzado con dos compañías.

En primer término, Yaakov prioriza las alabanzas al Todopoderoso. En la misma forma, está estructurada la Amidá, pues cuenta con más de 20 bendiciones al Eterno,  para luego de bendecir al creador, podemos pedir nuestros requerimientos, tal y como lo hizo nuestro Patriarca. Además hay otra lección que nos enseña la Tefilot expuesta, puesto que Yaakov utilizó términos precisos para su petición. Lo percibimos cuando dice: Líbrame te ruego, de la mano de mi hermano, la mano de Esav, porque temo que deba venir y golpearme, y a la madre con los niños.

La precisión de Yaakov fue muy objetiva. –Líbrame te ruego-: Dado que se puede decir que ya fue liberado de la mano de Laván, añadió –de la mano de mi hermano-. Continúa con el término –hermano-, y puesto a que esta expresión abarca todos los parientes, agregó –de la mano de Esav- debido a que podría ser que no necesitara de tal liberación. Por consiguiente, ajusta su precisión y expresa –Porque le temo, pues puede venir y golpearme a mí y a la madre con los niños-. De esta manera cierra una plegaria totalmente llena de alabanzas al Creador, y cubierta de detalles, con la finalidad de que no haya la posibilidad de malentendido y así obtener una respuesta precisa de HaShem.

Es increíble analizar, y comprender cómo nos enseña nuestro Patriarca del modo en que debemos emplear nuestras peticiones. Una lección que sin duda nos instruye a pedir de la manera correcta, pues todo tiene su orden. Es de suma importancia saber expresarnos bien, debido a que las súplicas tienen grados de elevación que se dividen en dos expresiones; las palabras que salen de tu boca y la meditación que emerge de tu corazón. Así enseñó Mélej David cuando concluyó un rezo con las palabras –Que las palabras de mi boca y la meditación de mi corazón sean aceptadas delante de ti-. Peticiones claramente expresadas que van dirigidas al grado inferior, y La meditación del corazón, que se eleva al grado más alto e interno.


De esta manera conocemos cómo debemos dirigirnos al Creador en momentos de plegaria. Asimismo, hay que complementar las peticiones con actos de caridad y justicia –Tzedaká-, puesto que es la base fundamental para completar la Tefilah y así, realizamos Tefilot en orden, precisas y con acción.

viernes, 8 de noviembre de 2013

YAAKOV Y LA AUDACIA POR OBTENER DE LO ALTO


Hay algo más que sabe Yaakov; no sólo está la abundancia de la tierra, está la bendición superior. Eligió el destino del mundo por venir.
           
            En esta nueva dimensión con las que nos lleva la parashá Toldot, encontramos maravillas que nos reta a estudiar cada vez más la Tora, ahondar en ella. Ésta contiene todos los misterios más profundos y recónditos, todas las doctrinas sublimes, las reveladas y las no reveladas; todas las esencias de los grados más altos y de los más bajos de éste y del mundo por venir, están allí, pero ninguno hay para penetrar en ella. Entre tanto, como continúa diciendo el Zóhar Hakadosh, quien trabaja en la Torah sostiene al mundo y capacita a cada parte a realizar su función. Esta es una afirmación muy aplicada a Yaakov avinu por lo cual en Bereshit 25:27 dice: “Esav era un gozador astuto... y Yaakov un hombre perfecto (que se ocupaba de la Torah), y moraba en tiendas.

            Yaakov estudió en la yeshivá de 'ever. Todo su tiempo lo dedica al estudio de la Torah, pues sabe que únicamente de esta forma puede conseguir la bendición de lo alto. Nuestro patriarca siempre actúa con audacia para conseguir la bendición de Hashem, comprende que los asuntos terrenales no son su propósito. A Yaakov le importó en gran manera la primogenitura, de allí que eligió el destino de estar apegado al Creador, mientras que Esav eligió confiar en su propia fuerza, en dominar al prójimo.

            Hay algo más que sabe Yaakov. Su mente la quiere ocupar en sabiduría y entendimiento para así hallar los caminos de paz. No quiere ocuparse de cosas pequeñas, externas, terrenales, porque comprende que de ser así, su instinto dominará. Y esto lo basamos bajo el contexto del Tratado Kidushim 30b, lo cual en sus palabras considera que quién logra pensar y profundizar en la sagrada Torah, y en ella reside su voluntad, sin duda será salvo.

            ¿Ahora podemos nosotros comprender semejante enseñanza? Existe un mundo afanado, obsesionado por las cosas terrenales, y a muchos como Esav, solo les interesa las cosas del mundo presente. Por lo tanto, debemos ser audaces, tener la osadía con la que tanto actúa Yaakov para alcanzar la bendición de Hashem que viene de lo alto. Y para conseguir estos bienes, debemos ocuparnos en la Torah, pues está dicho: La Torá es árbol de vida (etz jayim) para los que se aferran a ella, y los que la sostienen son felices. Sus caminos son caminos de dulzura y todos sus senderos son de Shalom, y tal camino es el que tiene que legar Israel al mundo aplicando ley de justicia (Mishpat) sobre la abundancia de la tierra.

            Se le otorgó a Yaakov la bendición que aparece en Bereshit 27:28, “Que HaShem te dé el rocío de los cielos, la fertilidad de la tierra y la abundancia de trigo y vino”. La expresión Mishmanei Haaretz (la grosura de la tierra), se refiere a la abundancia que posee la tierra, del lado inferior (de lo bajo). Es por ello, que Yaakov entendió que es buena “la grosura de la tierra”, pero a pesar de esto, lo tenía sin cuidado los temas terrenales, dado a que sabía que había algo más: La bendición que viene de lo alto, que se refiere a Mital Hashamáyin (Rocío de los cielos).

            Por esta razón, Yaakov está unido al Creador, y no se apega a lo bajo sino opta por lo alto, para así traer Mishpat , y de esta manera, hacer Tzedaká. De tal modo que Yaakov en primer lugar tiene Mital Hashamáyin, y luego Mishmanei Haaretz, lo cual esto le produce conciencia perfecta para ejercer el Mishpat superior, y así aplicar el juicio de lo alto sobre la tierra endulzándolo con Jasadim.

            No obstante, Esav está muy apegado a Mishmanei Haaretz, pues procura en obtener la abundancia de lo bajo. Está muy confiado en su propia fuerza, obviando la bendición que Hashem le pueda dar. Siempre le importó poco la bendición de HaShem, como se puede mostrar en su interrogante ¿para qué me puede servir esto?, refiriéndose a la primogenitura. Es por ello, que la bendición de Esav está y no está. En la oportunidad que obtuvo su bendición, Ytzjak lo bendijo con bienes mundanales, pues dice el Zóhar a través de Rabí Jiyá: "Y por tu espada vivirás", que es como decir: "esto es lo que va para ti, derramar sangre y hacer guerra". Paralelo a este caso, R. Eleazar explicó que fue por esta razón que primero había dicho: "¿Y qué haré entonces por ti?", dado que yo veo en ti rudeza, la espada y la sangre, y en tu hermano el camino de la paz.

            Yaakov avinu no tiene de qué preocuparse pues Hashem lo va a bendecir en su esfuerzo y le dará lo que necesite tener para aplicar la Mishpat. Usó una ingeniosa estratagema para conseguir de lo alto, debido al amor que siente por los caminos de Hashem y empeño en cumplir la Torah, pues sabe que lo mejor está en el mundo por venir y no como Esav, que sólo se conformó por ocuparse del mundo presente. 




Bajo todo un estudio comunitario con la Comunidad de Torah en Trujillo, Venezuela. Basado en las enseñanzas del Rav Daniel I. Ginerman.

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viernes, 11 de octubre de 2013

Por qué cubrimos nuestros ojos cuando recitamos Shema’ Yisrael

Por qué cubrimos nuestros ojos cuando recitamos Shema’ Yisrael



Rav Daniel Ginerman
Comunidad Torah

            En la Torah está muy claro que debemos recitar dos veces la unicidad de Hashem, por ello declaramos con amor por la mañana y la noche diciendo: Shema' Yisrael Hashem Elokeinu Hashem Ejad. Para cumplir esta mitzvá debemos de tapar nuestros ojos, pero ¿de dónde sale la idea de cubrir los ojos para la recitación?

            Rabí Abraham, en nombre de Rabí Shimshon enseña lo siguiente: Moshe Rabeinu se da cuenta de que su piel irradia luz tras el alto nivel de purificación que obtuvo cuando bajó de Har Sinaí. Por consiguiente, es muy importante mencionar la palabra Luz en el hebreo original,  porque curiosamente Luz se dice Or אור, con Álef א, y piel es ‘Or עור, escrito con Áyin ע. Esto nos remite a la explicación de las “vestimentas” de Adam y Hava, quienes al principio estaban escritos con trajes de Or (Luz) con Alef, y luego del pecado pasaron a estar vestidos con trajes de ‘Or (Piel) con Áyin.

            Aclara Rabí Shimshom, que en el momento cuando Moshé Rabeinu se da cuenta que su piel despide luz,  “puso sobre su rostro un Masvé (velo)  מסוה פניו על ויתן”, de modo que esa luz debía estar guardada para que la gente no tuviera miedo de llegar hasta él. –Shemot 34:33- ¿Ese velo está para cubrir/ocultar o para revelar y resaltar?

            Nos cuenta el Miflayim Maaseja que la medida de completitud del hombre está en el primero de nuestros padres,  Avraham abinu. Avram (243) אברם sin Hey ה, no puede llegar a ser completo de ese modo, en consecuencia, para Avram llegar a su verdadero tikún y ser capaz de tener descendencia y cumplir con todos los elementos para producir y propiciar la redención, tiene que incorporar una Hey a su nombre. A partir de allí, y agregando dicha letra, el valor numérico de su nombre pasa de ser אברם 243 a אברהם 248.

            Lo mismo sucede con su hijo Yitzjak יצחק cuyo nombre vale 208, y para llegar a la cifra de 248 le faltaría el número 40. Sumado a lo expuesto, está dicho explícitamente en la Torah: “Y fue cuando Yistzjak llegó a los 40 años” –Bereshit 25:20-. Y esos 40, afirma Rabí Shimshon, que es el valor numérico de la letra Mem מ. Este es el pasaje que necesita Yitzjak para agregar los 40 años al valor 208 de su nombre, y de esta manera poder llegar al número 248 para así completar su vida arribando a un tikún completo.

 יצחק 208 + מ 40 = 248

            En el caso de Yaakov Abinu, su nombre יעקב vale 182. Le falta el número 66 para llegar a los 248. Por esto, nos vamos a la Torah que dice: “Todas las almas que vinieron con Yaakov abinu cuando descendieron a Mitzráim… sumaban las 66 almas –ושש ששים נפש nefesh shishim vashesh-.” Y he aquí el valor 66 que le hace falta a Yaakov para llegar a la cifra de 248 y alcanzar la completitud de su misión, de su tikún.

 יעקב 182 + 66 almas = 248

            En estos tres casos ya mencionados, se tuvo que llegar a un proceso para obtener el valor de 248, como lo fue Abraham con la Hey, Yitzjak con el valor númerico de la Mem (40), y finalmente con Yaakov que las adquirió en las letras Sámej – Vav (en el medio del pasuk anteriormente leído). Si se juntas todas estas  4 letras: Mem – Sámej – Vav – Hey, nos van a dar el resultado de la palabra Másveh,  el velo entre comillas, que se pone Moshé Rabeinu en el momento que destella luz de su piel. Dicho velo no está destinado a velar de verdad. ¿Acaso hay un velo físico destinado a velar, a tapar la luz de su piel? Fundamentalmente ese velo cubre su rostro, en especial sus ojos que destellan luz, y está llamado a revelar a Avraham, Yitzjak veYaakov, que en los libros de Cábala enseña que las almas de los tres patriarcas se revelan en el alma de Moshé Rabeinu al momento que arriba a su más alto Tikún.

            De acuerdo con lo mencionado, nos vamos a encontrar que Moshé se encuentra con un Másveh, es decir, se embiste de las almas de Avraham, Yitzjak veYaakov. Sucede, pues, que nosotros al momento de recitar la frase fundamental que sella y cierra nuestro pacto con HaKadsosh Baruj Hu: Shemá’ Yisrael Hashem Elokeinu Hashem Ejad, nos ponemos un Masveh, cubrimos nuestros ojos con nuestros cinco dedos de la mano para embestirnos del mérito de las almas de nuestros patriarcas para sellar nuestra unión con el creador.

            Hay algo más de esta magnífica interpretación. Rav Moshé Armoni, en nombre del Rav Yitzjak Ginsburgh dice: El pasuk entero de la Shemá’ tiene un valor numérico de 1118.

ש 300 + מ 40 + ע 70 + י 10 + ש 300 + ר 200 + א 1 + ל 30 + י 10 + ה 5 + ו 6 + ה 5 + א 1 + ל 30 + ה 5 + י 10 + נ 50 + ו 6 + י 10 + ה 5 + ו 6 + ה 5= 1118 *

            Los 5 dedos de las manos reciben en hebreo los siguientes nombres:

Meñique: זרת Zeret: Záyin – Reish – Tav.
Anular: קמיצה Kamitzah: Kuf – Mem – Yud – Tzadik – Hey.
Medio: Amah אמה: Alef – Mem – Hey.
Índice: Etzba’ אצבע: Alef – Tzadik – Bet – Ayin.
Pulgar: Bohen בהן: Bet – Hey – Nun sofit.

             Los 5 dedos de las manos sumados valen 1118 Como la Shema’.

ז 7 + ר 200 + ת 400 + ק 100 + מ 40 + י 10 + צ 90 + ה 5 + א 1 + מ 40 + ה 5 + א 1 + צ 90 + ב 2 + ע 70 + ב 2 + ה 5 + ן 50= 1118 **

            Hashem nuestro Elokim, Cúan abundantes son tus actos y cuán profundos son tus pensamientos.

Queridos Javerim, que sea de Brajah para ustedes este estudio realizado.




·        * / ** La intención de detallar las letras con el valor numérico es para facilitar el estudio. Normalmente se lee de derecha a izquierda como lo es el hebreo, pero al momento de pasarla a otro formato de escritura, la ordena en inversa. Esperamos que se entienda y la detallen si es posible de izquierda a derecha dada la explicación anterior. Shalom.



jueves, 3 de octubre de 2013

Bereshit 5774: Los Secretos de la luz



Empieza un nuevo ciclo de la Torah y con ella damos inicio a unos de los misterios que se ocultan en los primeros pasukim de la parashá Bereshit. Aludimos exactamente al pasúk tres que expresa: Dijo Elokim: “Haya luz”, y la luz cobró existencia.

Hay dos tipos de luces que enseña la Cabalá del Sefer HaZohar. La primera de ellas, es la Luz que está creada desde el inicio, a partir del primer pronunciamiento de HaShem: Vayomer Elokim Yehi Or Vayehi Or. Ésta luz permite ver desde un extremo hasta otro extremo del mundo permitiendo una edición ilimitada, por lo tanto, ésta luz no la conocemos.

La segunda Luz es formada a partir de la creación de las estrellas. De ella tenemos conocimiento, pero es limitada precisamente de modo proporcional a nuestras capacidades cognitivas. Se dice que a los Tzadikim, los justos sagrados, en el tiempo por venir les está reservada la luz del primer día de la creación, para que puedan ver de un extremo a otro de lo real.

El misterio de la luz tiene muchos niveles de respuesta, pero se puede resumir de manera puntual que, la palabra Or (se escribe Alef, Vav, Reish) tiene un valor numérico de 207 similar a la palabra Raz, que es un secreto o algo oculto; desde este punto, empieza el sentido oculto. A su vez, la palabra Or viene de la misma raíz de Avír (viento) que en algunas traducciones aluden al Éter, una versión que se acerca a lo cierto. De modo que es una luz que excede al aire, y para llegar desde ese aire hasta la luz, hay que perder una Yud en el camino de la palabra Avír, para conseguir final y directamente la palabra Or.

Se ha mencionado que Orot (luces) equivalen al número 613 igual que los 613 mitzvot, y precisamente los mitzvot tienen la misión de ser luces que nosotros encendemos en el mundo de la acción. Mantenemos el trabajo en esta vida de rescatar la chispa  de luz entre la oscuridad, y por consiguiente, por cada mitzva que cumplimos sea de conexión o desconexión, positiva o de ostensión, estamos de alguna manera encendiendo luminarias. Las luces tienen que ir dentro de recipientes llamados en hebreo Keilim, y a su vez, construir esos recipientes que sean capaces de recibir estas luces. La palabra Keilim כלים  (Kaf, Lámed, Yud, Mem) corresponde al valor numérico de 100, y sumando a las 613 de 'Orot, arroja un resultado de 713 que coincide con el valor numérico de la palabra Teshuvá.

La Teshuvá en sentido íntimo y más profundo, consiste en encender las luces en los recipientes adecuados para contenerlas, de manera que las luces no excedan a los recipientes, ni ellos queden en penumbra.


Extraído de un Shiur móvil del Rav Daniel Ginerman a la Comunidad Torah en Trujillo – Venezuela.

Para más información:



Si deseas oír el audio de este shiur móvil chequea aquí: https://mixcloud.com/sifteimevaser

viernes, 19 de julio de 2013

Único y sin comparación

En la parashá Vaet-janán, el pueblo de Israel estaba en preparación para cruzar el Yarden y así llegar a la tierra que prometió Hashem a vuestros padres Avraham, Itzjak y Ya’akov. Moshé les recordó lo sucedido al pie del monte de Jorev donde Hashem habló en medio del fuego (Devarim 4:10). A su vez, fortaleció e instruyó a Yeoshua’ en los Mitzvot, pues él sería quien estaría delante del pueblo para hacerlos heredar la tierra prometida. De igual modo, Moshé repitió todos los mandamientos que El Eterno les había dado y por el cual ellos prometieron: Haremos y Obedeceremos.

 Moshé fue claro en sus palabras y demostró por medio de los mitzvot que no hay otro como HaShem. Previo a esta afirmación, mencionó los mandamientos de no corromperse al adorar o servir a cualquier ídolo pues el Creador es un Di-s celoso.

Sabrás hoy y confirmarás en tu corazón que el Eterno es el único Dios en el cielo y en la tierra. No hay ningún otro. (Devarim 4:39).
Las palabras finales de este verso (En ‘od), ningún otro ó no hay nadie más, tiene el valor numérico de 141, el mismo equivalente a Elokenu Hashem Ejad, últimas tres palabras cuando recitamos Shema’ Israel Hashem Elokenu Hashem Ejad.

Podemos interpretar con esta similitud en equivalencia, que no hay otro más como HaShem. El es Ejad, es decir, uno y único. No hay lugar ni espacio para otro en nuestras vidas. La aplicación de esta Fe, la monoteísta, es vital y fundamental para el pueblo judío, pues la firmeza de que sólo no hay otro como  Elokim, ha salvado la permanencia del Klal Israel.

La fe monoteísta firmemente sostenida en sus inicios por Abraham y el –pacto de Di.os-, establecido por él y reafirmando por sus descendientes, identificó a esta familia –los judíos- como adherentes a una fe singular (Libro El Ser Judío). Esta es la fe que nunca debemos abandonar. Cada vez más hay que asentir en nosotros de que EL es Único y que ante cualquier circunstancia opresiva, resistiremos y proclamaremos su unicidad.

Cuando recitamos la plegaria Nishmat Kol Jay (El alma de todo ser viviente), dejamos por sentado una vez más que él es EJAD –desde siempre y hasta la eternidad-. Que aparte de él no tenemos rey, redentor o salvador, liberador, sustentador, que responde y es misericordioso en todo momento de tribulación y angustia; no tenemos rey que ayude y apoye sino sólo HaShem.

            De esta manera, instituyamos esto en nuestras vidas, grabemos cada palabra en nuestro corazón para que hagamos y obedezcamos los mandatos que ordenó el Creador, y jamás relegar que Él es el verdadero Elohim En ‘Od. 

Shalom Javerim.
Hebert Ruiz

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